Saturday, August 13, 2011

Ascenso al Cerro del Tepozteco


Vista desde el Cerro del Tepozteco


Vive de Viaje No.13 Junio-Julio 2010

A todos los que gustan de nuestra nota siempre verde, les llevamos en esta ocasión a conocer o rememorar –si es que ya han ido- un lugar que llena los ojos de paisaje a vista de pájaro. Enclavado en el corredor ecológico de las Sierras del Ajusco y Chichinautzin, en su vertiente del lado del estado mexicano de Morelos, a unos 80 kilómetros de distancia al sur de la Ciudad de México se encuentra el Pueblo Mágico de Tepoztlán.


La Pirámide del Tepozteco al final del Recorrido

Una población llena desde su nombre, de encanto. Ya se imaginan, uno de esos pueblos de campiña mexicana, rodeado de montañas pero también plegado a ellas, que hasta hace algunos años era todavía un pueblito y que hoy se ha convertido en un verdadero polo de desarrollo turístico e inmobiliario. De hecho esta población morelense vive del turismo y se encuentra inscrita desde hace unos años en el programa de Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo, por otra parte su convento de la Natividad del siglo XVI, está inserto en la ruta de los Conventos del Siglo XVI de las faldas del Popocatépetl que fueron inscritos por la UNESCO en la lista del Patrimonio Mundial el año de 1994. Además de sus costumbres como el baile de los chinelos, la tradicional nieve de Tepoznieves, las pinturas en papel amate y los paisajes de casas de teja impresos en relieve en pequeñas espinas erosionadas del árbol del pochote, la naturaleza ha sido realmente pródiga con este rincón de geografía mexicana.


los turistas admiran el paisaje desde el Tepozteco

Su clima caluroso propio del valle del Cuauhnahuac, la vuelve exuberante y llena de aromas vegetales sobre todo en la primavera y el verano. Enormes paredes de toba volcánica erosionada por el viento se levantan al norte y sur de la población.



Subir como bajar requieren un gran cuidado y esfuerzo

Pero hay entre estas cumbres, una que se ha vuelto un sitio indiscutible para los excursionistas de fin de semana de las grandes ciudades cercanas: la Ciudad de México, Toluca, Cuernavaca y Puebla, nos referimos al cerro del Tepozteco, una eminencia sobre la que los aztecas construyeron una pequeña pirámide dedicada al dios del pulque, Ometochtli-Tepuztécatl. Un sitio estratégico para vigilar el valle que a partir de su explotación como sitio turístico, se transfiguró en un sitio de culto solar cada 21 de marzo –al equinoccio de primavera – cuando el sitio recibe a multitudes de paseantes que llegan para rendir culto al sol vestidos totalmente de prendas blancas.



Aglomerados en la última parte del ascenso

Pero les diré, el ascenso al Tepozteco es entre todas las aventuras que uno pueda tener por los caminos de México una que se debe tomar con muchas consideraciones, pues en efecto nos da la oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza a través de extraordinarios paisajes. Pero el esfuerzo físico que implica llegar a la pirámide es muy grande –se suben unos 600 metros sobre la altura del valle- y el ascenso se hace sobre un sendero de escaleras formales y en otras es solo un sendero de piedras que pueden ser resbalosas e implica un gran cuidado sobre dónde se pisa. Los tiempos para ascender son igualmente variados dependiendo de dos factores:

• La condición Física.
• La cantidad de visitantes que haya en ese momento recorriendo el sendero.
• Importante, no suba tras haber consumido alcohol
• Llevar Tenis o zapato seguro.
• Llevar consigo suficiente Agua
• Llegar Temprano
El recorrido y el esfuerzo bien valen la pena, el paisaje desde el Tepozteco retribuye cualquier expectativa. Además el sitio se encuentra dentro de la reserva conocida como Corredor Biológico Ajusco Chichinautzin, una reserva de gran valor ecológico para México en donde se pueden localizar una gran cantidad de especies endémicas e incluso cuando se llega a la zona arqueológica no resulta extraño ver a una familia de coatís que se acerca a pedir algo de comida a los asombrados turistas que no paran de sacarles fotos. Al final hay que esmerar aun más cuidados en la bajada que en la subida pues es más fácil lastimarse.

Toda vez se ha vuelto al centro del pueblo, no podemos dejar pasar la oportunidad de degustar una nieve o comer una extraordinaria quesadilla de queso Oaxaca con chapulines. Tepoztlán en verdad captura tus sentidos y te deja con ganas de volver.

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