Thursday, July 28, 2011

La Verdad sobre la Iglesia Católica

Uno de los temas más tocantes sobre desinformación y engaños gira en torno a la mayor “religión” del mundo. Nos hemos tomado el tiempo en enterar al lector sobre las verdades más significativas que debe conocer sobre dicha organización. Antes que nada, aclaremos que el nombre “católico” significa “universal”, y el vocablo “Iglesia” significa “congregación” o “tumulto”. La Congregación Universal o institución política que llamamos catolicismo, dice ser la religión que representa a Dios en la Tierra y dice estar sujeta a un texto sagrado llamado Biblia –una palabra griega que significa: “Compendio de Libros”. Pero, ¿es realmente una congregación cristiana o una institución política pagana?: “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.” (Santiago 1:26-27) ¿Cumplen ellos con esto?

La gente suele referirse a esta denominación como “La Iglesia”, como si no hubiese otras. La Iglesia Católica Apostólica Romana debería describirse como tal, y no como La Iglesia, porque hay muchas y de diferentes vertientes: anglicanos, ortodoxos, carismáticos, protestantes, adventistas, evangélicos, testigos de Jehová, luteranos, mormones, etc. Y todos se contradicen entre ellos. Los evangelios dicen que solo Jesús determina qué personas, de forma individual, a la larga pertenecen a lo que ÉL CONSIDERA “SU IGLESIA”, aunque a la larga existan muchas.

Los Padres de la Iglesia
En esta institución hay una pirámide de gobierno que no guarda ninguna relación con algún tipo de esquema bíblico, y en su cúspide dirige un Papa. Este nombre significa “Padre”, ¿Padre? La Biblia que ellos dicen obedecer dice que sólo hay un verdadero padre: “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (1ª Corintios 1:3) ¿Por qué ese hombre usurpa el lugar de Dios?

¿Cómo es posible que el Papa sea el emisario de Dios con los hombres? No existe tal persona sino uno: “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:11-12) Porque solo hay uno que ha sido enviado para ser ministro de Dios, el cual no es decretado por linaje de hombres, ni por mandato de una asamblea ni puesto por votación: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:9-18) Ese es Jesús de Nazaret y no el Papa.

Se suele decir que la institución católica tiene por padres fundadores a los apóstoles Pablo y Pedro, pero ¿cómo es eso posible? Pablo de Tarso y Pedro de Galilea, eran ambos personajes que vivieron en el siglo I de nuestra era y habrían vivido como mucho hasta el año 90 d.C. en cambio, la iglesia católica fue establecida por el emperador romano Constantino en el siglo IV, en el llamado Concilio de Nicea, decretado en el 325 d.C. Definitivamente estas fechas no coinciden.

Las Normas
Esta institución profesa que cada pecado debe ser confesado en un cuartito privado en el santuario, pero ¿de qué parte de la Biblia sacaron esta enseñanza? Nada de esto aparece en toda la Biblia, ¡de hecho, el catolicismo no permitió leer la Biblia a nadie hasta hace poco más de 60 años! ¿Entonces cómo supo la gente en qué creía por tantos siglos? Dan a entender que uno debe confesar sus cosas privadas a estos hombres con túnicas, réplica de los sacerdotes egipcios, y confiar en ellos, ¿confiar en estos hombres? Eso es anti-bíblico: “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.” (Jeremías 17:5) Además, ellos enseñan a recitar palabrería o pagar tributo por pecados cometidos, pero recitar palabras no es algo bíblico, ya que dice: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.” (Lucas 6:37) Nadie tiene que ir a un confesionario, pagar dinero o repetir rezos para ser perdonado: “De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.” (Hechos 10:43)

Las Tradiciones
Supuestamente las fiestas eran algo solemne hasta hoy. No obstante, todas las tradiciones tomadas por los católicos eran de hecho paganas, originadas en Mesopotamia en honor a dioses y demonios. A tal grado llegó la intención de que el vulgo “vendiera su alma a demonios” en danzas y festines, que lo proclamaron como normativa: “santificaréis las fiestas”. Sin embrago, ¿de dónde sacaron esa frase? Supuestamente de uno de los 10 Mandamientos, pero yéndonos a la versión no trastocada hallamos que no dice nada de eso, sino: “Acuérdate del Día de Reposo para santificarlo. 6 días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en 6 días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.” (Éxodo 20:8-11) Esto en lengua cristiana es “herejía”. Se inventaron algo que no existía, cambiaron la versión original y no solo obligaron a sus creyentes a celebrar ritos satánicos sino a no respetar el sábado como día de descanso.

Las Doctrinas

Estos enseñan que los niños deben ser bautizados para no ir al Limbo. El asunto es que no existe ni una sola referencia a bautizos de niños en la escritura hebrea o griega, sino de gente adulta. La Biblia dice: “Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.” (Marcos 1:4-5) ¿Qué pecados tiene un infante como para ser bautizado? Es lógico que una persona mayor confiese pecados pues muchos tendremos del transcurso de una vida, pero ¿un niño qué pecados ha cometido?

También aquí enseñan que Dios, Jesús y el Espíritu Santo son una misma persona, a lo cual llaman Trinidad. Ese concepto es mitológico y no hebreo, puesto que no existe ni una sola referencia a trinidad en todo el contexto bíblico ni en tradiciones judías, sino solo en las politeístas. Es más, Jesús nunca dijo que era Dios sino el Hijo de Dios. Muchas veces este concepto se saca de malas traducciones o frases añadidas con posterioridad, como el caso del vocablo “verbo” (griego: “rima”) el cual no aparece en ninguna parte de toda la Biblia y sin embargo ha sido añadido para aplicárselo a Jesucristo y decir que es Dios. En algunas partes sacan la voz griega “logos”, que significa “palabra” (como “la Palabra de Dios”), y la traducen como “verbo”. La implicación de esta tergiversación es más profunda en sus raíces, pero viendo el capítulo 5:7 de 1ª de Juan, vemos que dice, casi en cualquier versión: “Tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.” Creeríamos que esto es verdad si no fuera porque es una mentira que fue añadida. Este verso originalmente dice en griego, únicamente: “Porque tres son los que testifican”, el resto del texto fue añadido por el catolicismo siglos después para apoyar la doctrina de la Santísima Trinidad.

También esta institución, más política que religiosa, enseña que quien hace el bien, al morir va al cielo, y quien hace el mal, al morir va al infierno. Dado que la palabra “infierno” (latín: “in-forno”. Es decir “en calor”) no existe originalmente en los textos básicos, ha sido una invención deliberada. De 13 partes donde sale la palabra “Infierno” –únicamente en el Nuevo Testamento- 12 de ellas dicen originalmente “Gehena”, y una dice “Tártaro”. El Gehena es un lugar llamado también “El Lago” (griego: “Limni” o Limbo), donde serán llevados aquellos que no se hallan inscritos en el libro de la vida TRAS EL DÍA DEL JUICIO ¡no ahora!, y el Tártaro son prisiones para ángeles desertores. O sea, la palabra y el concepto de Infierno se los inventó la institución católica para dar miedo y obligar a la gente a servirles tomando como referencia la mitología griega, egipcia y babilonia.

También dicen que la gente buena al morir se va al cielo, pero la Biblia no afirma nada de esto en sus 72 libros. Es más, Jesús sí habló de a dónde iban: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.” (Lucas 16:19-31) ¿Estaba acaso Abraham en el cielo? ¿No dijo que había una gran “sima” que los separaba? O sea, estaban en la misma región, pero unos separados de otros, y los que estaban con Abraham distaban de los otros no mucho, dado que podían ser vistos y oídos, y además estaban en otra colina, porque tenían en medio un barranco.

Entonces, ¿de dónde sacaron los católicos que la gente al morir iba al cielo? De mitología egipcia y babilonia, porque incluso los griegos hablaban de “abajo” como futuro de los muertos, en el Hades, y enfrente los buenos, en los Campos Elíseos. Incluso los judíos y musulmanes tenían este tipo de creencias en algunos casos muy confundidas, por ello había distintas sectas y filosofías sobre la muerte. A todo esto ¿qué dice la Biblia?: “Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.” (Marcos 12:27) Si Dios no es dios de muertos arriba en el cielo no hay espíritus ni muertos sino que ellos están abajo, en el sitio que les corresponde. Es más, la Biblia es bastante concisa sobre el mundo de los muertos, a tal grado que hay 73 versos que dicen que están “debajo de la Tierra” y no en el cielo.

La Honra
El catolicismo colaboró fuertemente a la cultura griega. Mientras el cristianismo real, el verdadero, tomaba más y más poder en Europa, entre el siglo I y IV, las fuerzas de poder en Roma creyeron que la mejor manera de que no se perdiese la veneración a Júpiter, Minerva, Diana y el resto de dioses olímpicos, trasladados de la Grecia Clásica a Roma, era cambiarles los nombres por figuras bíblicas. Esto llevó a que el nombre, incluso de deidades egipcias como Nefertiti (convertida en María la madre de Jesús), se pintasen por fuera y nunca fuesen olvidadas. Los 12 dioses del Olimpo fueron retratados desde entonces como los 12 apóstoles; el gran Zeus cambió a la figura de Jehová, el maléfico Hades cambió por fuera a la figura de Lucifer. Luego siempre veríamos a María con Jesús en brazos, cuando en realidad era Atenea con el pequeño Hércules.

Otro punto interesante sobre esto radica también en otra violación de la institución católica de uno más de los 10 Mandamientos, precisamente ¡el más importante! Ellos dicen: “Amarás a Dios por encima de todo”. Ok, ¿y qué más? ¿Dónde está el resto del texto que ahí figura originalmente? Déjenme señalarles lo que ahí dice y la gran blasfemia cometida por los católicos contra el propio Dios al que juran lealtad: “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: ‘Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos’.” (Éxodo 20:1-6) En hebreo, la palabra “imagen” dice “Pesel”, es decir: “estatua”, “ícono”, “ídolo” o “imagen labrada”. Eso es precisamente todo lo contrario que han hecho ellos, tienen miles de estatuas y a todas las veneran, en contra de lo dicho por Dios, cuando dijo que no tuviésemos otros dioses ni a estatua alguna nos inclinásemos, mucho menos haciendo figuras de cosas de “arriba”, tales como santos, vírgenes u otras deidades.

En este marco, dicha organización –que obviamente no es cristiana- canoniza a quien desea y pone por santos a quien les da la gana, ¿de dónde sacaron esto? sólo Dios dice quién es santo y quién no. Los hombres no juzgan estas cosas, y Jesús dijo: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.” (Mateo 7:1-5) No estamos los hombres para juzgar estas cosas, ni si son buenos o malos.

La Veneración a las Vírgenes
También han puesto a Nefertiti y Artemisa como deidad más importante del catolicismo. Le han cambiado el nombre por el de María –siendo que el nombre de la que fuera madre de Jesús no era ese sino “Miriam”- y también le han dado otros colores y apariencia renovada. Han llenado su panteón pagano politeísta de todo tipo de santos y vírgenes. ¿Dónde se enseñó que se deben venerar a vírgenes? Esto no sólo no es bíblico sino que está considerado pena capital en la tradición judía y en las enseñanzas de la Biblia. No se debe honrar ni dar culto a nadie salvo a Dios o a su Hijo a quién él envió, y esto puede ser corroborado por decenas de versos. Dicen que Miriam es la principal virgen, pero esta mujer tuvo muchos más hijos e hijas, así que dejó de ser virgen hace mucho. La gente suele decir que Miriam era virgen pero la escritura original dice: “doncella”, “señorita”, no dice “virgen” (en honor al signo zodiacal de Virgo).

Se habla sobre Jesús, cuando predicó en su tierra natal, y que sus hermanas menores estaban ahí casadas con hombres de la ciudad: “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre Miriam, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.” (Mateo 13:55-57) Pero ¿todavía debemos honrar a Miriam por haber sido madre de Jesús? Él mismo se exoneró de ella, porque al morir, su sangre, donde está su vínculo genético, se derramó hasta la última gota. Al resucitar nada le quedó de Miriam, y él, a sabiendas de esto, se eximió como hijo de ella y le dio la responsabilidad a su discípulo Juan: “Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” (Juan 19:25-27) Ni siquiera le dijo: “madre”, sino “mujer”, y también advirtió que él como profeta no tenía honra en su propio hogar ni en su ciudad natal.

Ciertamente, el propio Jesús no idolatró a su madre aunque era consciente que en el futuro la llamarían “bienaventurada” por haber tenido el privilegio de darle a luz. Jesús mismo demostró que su madre y sus hermanos no hacían la voluntad de Dios ni le seguían, y que a él sólo le importaban los que buscaban a Dios: “Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.” (Mateo 12:46-50) Ni siquiera su madre, ni su padrastro José -que murió cuando Jesús tenía unos 14 años de edad- entendían lo que Jesús hacía, ¿Cómo pues van a recibir adoración? Además ¿qué grandes cosas hicieron ellos como para ser exaltados? Escrito está, y la escritura no puede ser quebrantada: “Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló.” (Lucas 2:46-50)

Encubrimientos
El Vaticano tiene defensa contra abuso de menores por parte de obispos o cardenales. No los llevan ante la justicia ni a tribunal alguno, sino que mantienen en secreto sus delitos y los dejan pasar. ¿Ellos siguen a Dios realmente? ¿No dicen ellos obedecer la Biblia y a Jesucristo? Pero escrito está: “Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida [eterna] cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida [eterna], que teniendo dos ojos ser echado en el Gehena de fuego. Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:2-10)

Esta institución hace creer que es rica, poderosa y decorada porque es la casa de Dios como la ciudad de Vaticano. Pero la escritura dice que no hay casa de Dios sino en Jerusalén y además, si así fuese Dios no habita en templos, tal como dijo el rey Salomón cuando le construyó el Primer Templo: “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?” (1ª Reyes 8:27) Entonces ¿dónde mora Dios? Está escrito por Pablo: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” (1ª Corintios 3:16-17) Entonces Dios mora en nosotros y no en estos lugares sacrosantos llenos de oro y estatuas pintadas: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1ª Corintios 6:19)

También está escrito: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Isaías 57:15)

Así que ¿qué opina Dios de las iglesias llenas de oro?, Jesús dijo: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida [eterna], guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” (Mateo 19:16-24) Y no fue la primera vez que Jesús fue explícito en torno a esto: “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Lucas 16:13) ¿A cuál señor sirve el Vaticano? Jesús dijo además: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21)

El pago por la Vida Eterna
Escrito está, contra esta organización: “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1ª Timoteo 6:9-10). Así pues, otro punto es la Salvación, pues ellos enseñan que para ganar “parcelas” en el cielo hay que pagarlas en vida, de antemano. El propio Pablo no cobraba a nadie ni pedía salario: “¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.” (1ª Corintios 9:18) Jesús mismo dijo: “…Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.” (Apocalipsis 21:6 y 22:17) El romanismo se inventó que solo los Sacerdotes se salvan y que después del Purgatorio se salvarían las Monjas, y que el Purgatorio es para los buenos, y para los niños está el Limbo, y de los buenos de los Sacerdotes salen los Santos. Nada de esto afirma la Biblia.

Entonces ¿para qué se enriquece El Vaticano? Un hermano de Jesús escribió: “¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.” (Santiago 5:1-6) Nunca se enseñó que alguien debía pagar por heredar la vida eterna, por la salvación, por la resurrección o por el Reino de los Cielos: “El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; Mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa.” (Proverbios 28:20)
Sí, Jesús dijo: “…de gracia recibisteis, dad de gracia.” (Mateo 10:8) O sea, gratuitamente sus discípulos recibieron las enseñanzas de Jesús, de manera que ahora no cobren a nadie por enseñarles a su vez. Y los apóstoles testificaron igualmente: “…siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús…” (Romanos 3:24. E igualmente esto se aprecia en muchos más pasajes: Romanos 4:16, 5:2-21, Efesios 2:5-8, 2ª Tesalonicenses 2:16) Reiterado así que no es por dinero o pago alguno sino gratuitamente: “…para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:7)

La Inquisición
La inquisición y el oscurantismo, que trajo esta institución, no guardaban en lo absoluto relación con los textos sagrados. Ellos dijeron qué libros serían parte de la Biblia y cuáles no, ¿quién les dio esa autoridad, si esos textos son Historia Patria de la nación de Israel? Ellos cambiaron frases, quitaron palabras y añadieron cosas que les convenían. Así mismo quemaban lo que llamaban “brujas” y a todo aquel que fuese hereje (palabra que significa: “de distinta opinión”). Esas supuestas brujas eran mujeres que mostraban tener cualidades extrasensoriales. ¿Eso era algo satánico? El apóstol Pablo dijo: “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, [Cristo] llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.” (Efesios 4:8) Si Cristo dio dones de todo tipo ¿por qué quemaban a la gente por poseer estas facultades, y además los tachaban arbitrariamente de brujos y brujas? Si esta gente hacía mal uso de sus dones para su propio beneficio, lucrándose, esto sería inapropiado, pero ¿quién le dio autoridad al catolicismo de matarlos, si aún fuese que tenían razón?
Todo cuanto hizo esta institución: guerras, torturas, matanzas, persecuciones y abusos, dijo hacerlo en nombre de Dios, pero ¿cuándo dio Dios esa autorización? Acaso Jesús incitó a la guerra: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.” (Juan 15:9-14) ¿Por qué obligaban a la gente a creer si no querían? Jesús enseñó sobre la doctrina: “…predicad, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja (espada corta) para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.” (Mateo 10:5-15) ¿Cuándo la Inquisición sanó enfermos? ¿No dijo Jesús que no anduviesen con armas? ¿No dijo que si no aceptaban su enseñanza se fuesen y ya Dios en el Día del Juicio juzgará lo que deba juzgar? ¿No dijo que no se hiciesen de riquezas? ¿Qué tiene que ver la religión católica con Dios? Si El Vaticano realmente obedece a Dios ¿por qué no venden todo lo que tienen y lo dan a los pobres? Así serían obedientes al Dios que supuestamente sirven y se hacen riquezas en los cielos. Ciertamente, ya tienen su recompensa.

Jesús verdaderamente dijo: “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.” (Mateo 6:2-7)

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